Delgado, Aleyda 1; Armas, Wilmer2 ;
D’Aubeterre,
Ramón 3 ;
Hernández, Carlos 4 ; Araque, César
1 Ingeniero Agrónomo (Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado,
UCLA-Barquisimeto, Venezuela); M.Sc. en
Desarrollo Rural,Economía Agrícola,
Universidad Central de Venezuela, UCV-Maracay, Venezuela). Investigador del
Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA). Dirección postal:
Instituto de Investigaciones Agrícolas del estado Lara. El Cují, vía Duaca,
estado Lara, Venezuela. Teléfono: +58-251-8866362-8866298; e-mail: adelgado@inia.gob.ve
2 Medico Veterinario (Universidad Centro Occidental Lisandro
Alvarado, UCLA- Barquisimeto, Venezuela); M.Sc.
en Gerencia Agraria (Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado,
UCLA-Barquisimeto, Venezuela. Investigador del Instituto Nacional de
Investigaciones Agrícolas (INIA). Dirección postal: Instituto de
Investigaciones Agrícolas del estado Lara. El Cují, vía Duaca, estado Lara,
Venezuela. Teléfono: +58-251-8866362-8866298; e-mail: warmas@inia.gob.ve
3 Zootecnista (Kansas
State University, EE UU); M.Sc. en Producción Animal (Oregon State University, EE UU). Investigador del Instituto Nacional de
Investigaciones Agrícolas (INIA) y Profesor de Postgrado de Ovinos y Caprinos,
Decanato de Ciencias Veterinarias-UCLA. Dirección postal: Instituto de Investigaciones
Agrícolas del estado Lara El Cují, vía Duaca, estado Lara, Venezuela.
Teléfono:+58-251-8866362-8866298; e-mail: rdaubeterre@inia.gob.ve
4 Ingeniero Agrónomo (Universidad Centro Occidental Lisandro
Alvarado, UCLA- Barquisimeto, Venezuela); M.Sc.
en Suelos, Universidad Central de Venezuela, UCV-Maracay, Venezuela).
Investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA).
Dirección postal: Instituto de Investigaciones Agrícolas del estado Lara. El
Cují, vía Duaca, estado Lara, Venezuela. Teléfono: +58-251-8866362-8866298;
e-mail: cahernandez@inia.gob.ve
5 Zootecnista (Utah
State University-Logan, Utah, EE UU); M.Sc. en Nutrición Animal (Utah State University-Logan, Utah, EE UU). Investigador del Instituto
Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA). Dirección postal: Instituto de
Investigaciones Agrícolas del estado Lara. El Cují, vía Duaca, estado Lara,
Venezuela. Teléfono: +58-251-8866362-8866298; e-mail: caraque@inia.gob.ve
RESUMEN
El objetivo de la investigación fue analizar la sostenibilidad del
sistema de producción Capra hircus-Aloe vera
(caprino-sábila) en la región semiárida de Cauderales del
municipio Urdaneta del estado Lara, Venezuela. Utilizando la metodología de la
investigación participativa y el enfoque agroecológico, basado en el Marco
para la Evaluación de Sistemas de Manejo Incorporando Indicadores de
Sostenibilidad (MESMIS), se realizó la caracterización del sistema y la
medición de los 21 indicadores identificados por los productores, dentro de las
dimensiones ambiental, social y económica. Los datos permitieron determinar un
índice de sostenibilidad de 2,8, lo cual permite clasificar al sistema como
medianamente sostenible, influenciado mayormente por la dimensión económica,
mientras que las ambiental y la social presentaron más limitantes para la sostenibilidad.Los indicadores con valores de 4
estuvieron distribuidos entre los atributos equidad y autogestión. Los
indicadores sujetos a un programa de mejoramiento del sistema son: rendimiento
del acíbar, conservación de los recursos naturales, agrodiversidad sustentable,
seguridad alimentaria y uso de registros de producción, así como nivel de
empleo e innovación en la comercialización, debido a que fueron calificados
como potencialmente insostenibles e insostenibles, respectivamente.
Palabras clave: sistema de producción,
indicadores de sostenibilidad, caprino, sábila, Cauderales,
Lara, Venezuela.
Recibido: 10-12-2009 Revisado:
25-05-2010 Aceptado: 28-05-2010
ABSTRACT
The
objective of this research was to analyze the sustainability of the production
system of the goat-Aloe vera in the
semiarid region of Cauderales located
at Urdaneta municipality, Lara
state, Venezuela. Using the methodology of
Participatory Research and Agro-ecological approach, based on the Framework for
the Assessment of Management Systems Incorporating Sustainability Indicators
(MESMIS), a characterization of the system and the measurement of twenty-one
(21) indicators identified by farmers, within the environmental, social and
economic dimensions. The data allowed determining a sustainable
index of 2.8, which allows the system to classify as moderately sustainable;
influenced mostly by the economic dimension, while the environmental and social
had more constraints to sustainability. The indicators with value of four (4)
were distributed between the attributes of equity and self management. The
indicators under a program for improvement of the system were: Aloe
Vera by products, natural resource conservation, sustainable
agro-biodiversity, food security and use of production records, as well as
level of employment and innovation among the marketing, because they were rated
as potentially unsustainable and unsustainable, respectively.
Keywords: sustainability indicator, production
systems, goat, aloe, Cauderales, Lara, Venezuela.
L’objectif de cette étude était d’analyser la durabilité du système de production, Aloe
vera et Capra hircus (Caprine-Aloès) dans la région semi-aride de Cauderales (dans la municipalité Urdaneta, de province de
Lara, Venezuela. Toute en utilisant la méthodologie de
la recherche participative et l’approche agro-écologique,
basé sur le contexte afin d’évaluer les systèmes de gestion et en introduisant des indicateurs de la durabilité (MESMIS, pour se acronyme en espagnol), la caractérisation du système a été faite ainsi que
la mesure de 21 indicateurs identifiés par les agriculteurs dans toutes les dimensions, environnemental,
social et économique. Les données nous permis de déterminer un indice de durabilité de
2,8, chose qui nous permet de classer le système comme un instrument durable, largement influencée par la dimension économique, tandis que
la dimensionenvironnement et social présentent plus de limites au développement durable.
Les indicateurs avec des valeurs d’ordre 4 ont été distribués entre les attributs, l’équité et l’autogestion. Les indicateurs que sont soumis au programme d’amélioration du système sont: le rendement de l’amertume, la conservation des ressources naturelles, l’agro-diversité durable, sécurité alimentaire et l’utilisation des registres de production ainsi que
les niveaux d’emploi et d’innovation dans la commercialisation. Car ils ont été qualifies potentiellement de non-durable et insoutenable, respectivement.
Mot-clé: indicateurs
de la durabilité, systèmes de production, caprine, aloès, Cauderales, Lara,
Venezuela.
1. INTRODUCCIÓN
La sostenibilidad (WCED, 1987), se define como: «aquel desarrollo
que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las
posibilidades de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades
». De igual manera la FAO (1989), describe la sostenibilidad agrícola
como la capacidad de un agroecosistema de
mantener la calidad y cantidad de los recursos naturales a mediano y largo
plazo, conciliando la productividad agrícola con la relación de los impactos
del ambiente y atendiendo a las necesidades sociales y económicas de las
comunidades rurales.
Es sabido que los pequeños agricultores que viven en los ambientes
marginales en el mundo en desarrollo pueden producir gran parte del alimento
que requieren de manera sostenible y sin afectar el ambiente (Holt-Giménez et al., 2006, citado por Murrieta,
2007). Al respecto, Altieri y Nicholls (2002), señalan que los argumentos más
comunes para sostener que los sistemas campesinos son sustentables se basan en
que la producción agropecuaria se lleva acabo a través de una relación más
armónica con la naturaleza, como consecuencia de una co-evolución entre
sociedad y medio ambiente. Sin embargo, producto de sus investigaciones, Peña y
Galindo (2007) indican que la explotación rural ha venido perdiendo viabilidad
económica y social.
Esto se ha debido al monocultivo y a la industrialización,destruyéndose el modelo tradicional de producción
diversificada (el cual incluye un espacio para el consumo familiar) y
mostrándose incapaz de suministrar el alimento y los recursos necesarios para
las familias rurales.
Sin embargo, aún han sido poco los esfuerzos para evaluar qué tan
sustentables son estos sistemas (Altieri,2002). A pesar de que existen diversos métodos y técnicas,no hay una metodología universal para estimar
la sostenibilidad de los sistemas agrícolas; según Castillo (2004), los más
validos son aquellos que incorporan el enfoque multidimensional de un sistema
productivo, tales como el MESMIS o «Marco para la Evaluación de
Sistemas de Manejo Incorporando Indicadores de Sostenibilidad. En América
Latina, numerosos autores han sistematizado experiencias sobre evaluaciones de
sostenibilidad. Son ejemplo de ello Cárdenas et al. (S/ F); o, para Venezuela,
los trabajos realizados por Pérez et al., 2002; Zamora, 2003; Morros y Salas,
2005; Villalobos et al., 2007; Delgado et al., 2007, entre otros. La
agricultura en Venezuela se desarrolla en una amplia diversidad de
condiciones edafoclimáticas, empleando diversos
sistemas de producción y de manejo. En ellos existen pequeños, medianos y
grandes productores, con amplias diferencias en formación, capacidades
económicas y de adopción de tecnologías (Delgado y Cabrera, 2005).
En el caso de los ecosistemas áridos y semiáridos, el sistema de
producción predominante es la cría extensiva de caprinos. Es al mismo tiempo
fuente principal de proteínas y de ingreso económico, complementada con
agricultura de subsistencia y artesanía, como fuentes adicionales de ingreso
familiar (Matteucci y Colma, 1997). De igual manera en el semiárido del estado
Lara, específicamente en la comunidad de Cauderales (municipio
Urdaneta), la principal actividad económica de la mayoría de las familias es la
agropecuaria; está basada en sistemas de explotación caprina, complementada con
el cultivo de la sábila. Según FUDECO (2007), la cría de ganado caprino en el
municipio Urdaneta destaca por ocupar el primer lugar de la población animal
(47,17%), mientras que la sábila representa el 6º lugar en cuanto a superficie
sembrada (ha) dentro del estado Lara. Con base en estas consideraciones, el
objetivo principal de este trabajo es analizar la sostenibilidad del sistema de
producción caprino-sábila de Cauderales, así
como de las dimensiones ambiental, social y económica del mismo, de acuerdo con
la visión de los productores de dicho sistema.
2. METODOLOGÍA
La unidad de análisis del presente estudio es el sistema de
producción caprino-sábila desarrollado en la comunidad de Cauderales, municipio Urdaneta. El área corresponde al
semiárido de Venezuela localizado en el noroeste del estado Lara; está ubicada
a 290 m.s.n.m. y entre 10º 34’ 9’’ latitud norte y 69o 42’ 20’’ longitud oeste, con una
temperatura promedio de 28,3 ºC y una
precipitación media anual de 500 mm. El
trabajo se desarrolló en forma conjunta entre los productores del sistema
caprino-sábila y el equipo responsable de la investigación, tomando como
referencia el Enfoque Agroecológico. Éste se basa en la evolución del desempeño
del agroecosistema, de acuerdo con dimensiones
ambientales, sociales y económicas, usando criterios (o atributos) de
sustentabilidad como productividad, resilencia,
estabilidad y equidad. Según Müller (1996),
productividad es el producto por unidad de insumo; estabilidad es la constancia
de la productividad del agroecosistema con
fluctuaciones y ciclos normales en el ambiente; resilencia,
la capacidad del agroecosistema de mantener
la productividad en presencia de estrés o de una perturbación importante; y
equidad, la manera en que se comparten los beneficios y costos de los sistemas
de producción. El marco metodológico utilizado es de tipo participativo,
tomando como herramienta principal la propuesta de Masera et al. (2000) y
López-Ridaura et al. (2001). La misma está basada en el esquema conceptual de
propiedades-criterios-indicadores detallada en el MESMIS, o «Marco para la
Evaluación de Sistemas de Manejo Incorporando Indicadores de
Sostenibilidad (Figura Nº 1). La información de las tres
primeras etapas se obtuvo a través de revisión de literatura, de visitas de
campo y a las fincas de los productores del sistema, así como a partir de 3
talleres realizados con la participación de 20 a 25 productores de la
comunidad (en cada uno de ellos).
En el primer taller se realizó la descripción del sistema de
producción, a través de un diagnóstico participativo, en donde los productores
caracterizaron el sistema caprino-sábila de Cauderales.
Para ello utilizaron herramientas participativas descriptas por Selener et al. (1997) y Geilfus (1997),
tales como el mapa de la comunidad (representación gráfica sobre la visión que
tienen los agricultores sobre los recursos naturales, uso de la tierra,
servicios y oportunidades), las estrategias de vida (posibilidades de ingreso y
condiciones de acceso a las fuentes de ingreso) y el análisis FODA. Las mismas
fueron complementadas con la metodología desarrollada por Martin et al. (1999), para la identificación de los
actores económicos en los circuitos agroproductivos.
En el segundo y tercer taller, utilizando la herramienta lluvia de ideas, los
agricultores -según su modo de percibir y entender su entorno- identificaron
los puntos críticos del sistema (características o procesos que hacen peligrar
o que refuerzan la sostenibilidad del sistema). Así mismo, seleccionaron los
indicadores de sostenibilidad ambientales, sociales y económicos (Cuadro Nº 1), basándose en los puntos
críticos diagnosticados y tomando en cuenta a Morros y Salas (2005, quienes
indican que los indicadores deben ser fáciles de medir, adaptados a lo que se
quiere analizar y a las necesidades de los usuarios de la información). Según
estudios de López-Ridaura et al. (2001), está comprobada la precisión de los
indicadores seleccionados y medidos por los propios agricultores. Müller (1996) indica que los criterios para la
selección de los indicadores deben ser transparentes, al tiempo que deben ser
considerados todos los aspectos de alguna satisfacción para la sostenibilidad
del sistema; además, su selección no debe ser arbitraria o puramente subjetiva.
La cuarta etapa (medición y monitoreo de los indicadores) se realizó a través
de la aplicación de encuestas a 20 productores del sistema (una a cada
productor) y 3 trabajos grupales. La escala de gradación de los indicadores de
sostenibilidad acordada con los productores para dicha evaluación fue la
propuesta por Duarte (2005), en donde el valor «0» correspondió al valor más
bajo y «5» era considerado el valor ideal (Cuadro Nº 2). Según Singleton et al.
(1993), la utilización de este tipo de escalas sólo permite el ordenamiento y
clasificación relativa de la intensidad de los indicadores analizados, no
siendo apropiado su tratamiento cuantitativo.
Finalmente, en la quinta etapa (integración de los resultados) se
intentó evaluar cualitativamente la intensidad de impacto (positivo o negativo)
de los indicadores, así como su efecto sobre la sostenibilidad. En esta etapa
los resultados obtenidos se resumieron, se ponderaron y se integraron para ser
visualizados a través de las técnicas gráficas diagramas radiales de
sostenibilidad, tipo AMIBA o COMETA. Estas gráficas contienen tantos ejes como
indicadores de sostenibilidad que se quieran medir. Para su interpretación se
toma en cuenta que, a medida que el valor se aleje del centro, indica más
progreso del indicador; siempre comparando el comportamiento del sistema
evaluado (sistema real) frente al sistema ideal (sistema sostenible). El índice
de sostenibilidad para cada una de las dimensiones (ambiental, social y
económica) y para el sistema se calculó por medio de un promedio simple.
3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
3.1. DESCRIPCIÓN DEL SISTEMA
En la caracterización del sistema se conoció que el origen de la
comunidad de Cauderales se remonta al año
1902. La misma está ubicada a 11 kilómetros de Siquisique, la capital del municipio, y a 135
kilómetros de Barquisimeto, capital del estado Lara. Cuenta con
aproximadamente 1.500 habitantes. La actividad económica principal y más común
en todas las familias es la cría caprina extensiva, seguida por la siembra de
sábila (Aloe vera), sisal (Agave sisalana),
cocuy (Agave cocui) y la artesanía. La mayoría de las viviendas son de
bahareque, con techo de zinc. La localidad cuenta con un centro de salud,
además de planteles de educación básica y con servicios de energía eléctrica y
agua. La carretera principal es asfaltada, en tanto que las internas
están engranzonadas, en regulares condiciones en
época seca, pero muy malas en época de lluvias. El agroecosistema estudiado
se identifica como caprino- sábila, por las interacciones entre los dos
subsistemas de producción predominantes en el área bajo estudio: el pecuario,
conformado por la ganadería caprina; y, el agrícola, por el cultivo de la
sábila (Figura Nº 2). En este sistema -dentro de
las unidades de producción- se presentan relaciones de colaboración y
solidaridad para las actividades agropecuarias, siendo las familias quienes
realizan el manejo de sus componentes productivos. La mano de obra masculina es
utilizada en las actividades agrícola y caprina, al tiempo que es ofertada para
la siembra y cosecha de hortalizas en el municipio; y, en la época de zafra de
la caña de azúcar, es ofertada en el centro del país o en el municipio Torres
del estado Lara. Por su parte, la femenina, además de las labores domésticas se
dedica a la cría caprina y elaboración de artesanías; ejemplos de productos por
ellas elaborados son: jabones de sábila, hamacas, muñecas, mecates, sacos,
sombreros, alpargatas, correas, carteras, entre otras. Los jóvenes y niños
también colaboran en la actividad caprina y en la artesanal. Las relaciones
entre los subsistemas se concretan en flujos de materias primas: la actividad
pecuaria suministra alimentos (leche, queso y carne) para el autoconsumo de la
unidad familiar o para la transformación (queso y cuero), al igual que el
estiércol para la actividad agrícola. La agricultura aporta parte de la sábila,
utilizada como medicina para la ganadería y para la fabricación de jabones. Con
la venta de sus productos adquieren alimentos y otros bienes o servicios
necesarios. Los ingresos provienen de los productos y subproductos de los dos
subsistemas, así como de los trabajos no agropecuarios realizados por la
familia que trabajan dentro y fuera de la unidad de producción.
3.1.1. SUBSISTEMA PECUARIO
Al igual que en otros sectores del estado Lara, la ganadería
caprina es un componente de gran importancia socioproductiva;
a pesar que el rubro ha sido subestimado y considerado tradicionalmente una
actividad de subsistencia, sin tomar en cuenta que la misma se haya
desarrollado por mas de 400 años en el país (Virguez y
Chacón, 2000). Por lo general, en la comunidad Cauderales toda
la familia interviene en el proceso productivo, lo cual promueve la industria
familiar. En este caso, la mayoría de los productores sólo vende la carne de
caprino bajo la modalidad de animales en pie, coincidiendo esta información con
la reportada por D’Aubeterre (2005)
y Muñoz y López (2004). Estos autores encontraron que más del 70% de los
ingresos de los productores caprinos provienen de la venta de animales para
carne. En el caso de que ordeñen, utilizan la leche para autoconsumo, en tanto
que el excedente es convertido en queso, según lo reportado por Armas et
al. (2006) y Delgado et al. (2007). El rebaño está conformado por animales de
diferentes razas, como los criollos y sus respectivos mestizos con Alpino
Francés, Nubian y, más recientemente,
Canario; esta caracterización coincide con la reportada por D’Aubeterre et al. (2008) para otros sectores del
estado Lara. El sistema de producción caprino es completamente extensivo, en
donde los animales realizan pastoreo libre en potreros comunales durante todo
el día y se recogen en la tarde. La alimentación se realiza a base de
vegetación propia del semiárido, con especies como: caudero (Mimosa caudero), cují (Prosopis juliflora), uveda (Acacia macracantha), yabo (Cercidium praecox) y dividive (Caesalpina coreara), entre otras. En ese subsistema de
producción intervienen cinco agentes económicos, que se detallan en el Cuadro Nº 3. • Proveedores de insumos: El suministro es realizado por las casas
comerciales que se encargan de venderle a los productores suministros
veterinarios (medicinas y biológicos), alimentos suplementarios, insumos para
la elaboración del queso y para la curtiembre del cuero, al igual que las
herramientas menores. • Productores: Realizan, junto
con la familia, el manejo del rebaño
relacionado con la alimentación, sanidad; y, cuando se da el caso, el ordeño.
De igual manera se encargan del mercadeo de sus productos y subproductos a
puerta de corral, coincidiendo con lo reportado por Armas et al. (2006). La
venta de carne y de estiércol la realizan durante todo el año. Los precios de
venta se muestran en el Cuadro Nº 4.
• Artesanos: Estos agentes son
los mismos productores caprinos quienes, en su propia unidad de producción, elaboran el queso artesanalmente con la leche producida por sus
cabras. Este producto es vendido durante los meses de mayo, junio y diciembre,
asociado a las precipitaciones bimodales del
sector, lo cual afecta positivamente la producción de la oferta forrajera.
También, pero en menor proporción (10%) los productores hacen la curtiembre del
cuero. • Comerciantes: Se encargan de
servir de intermediarios para vender productos y subproductos caprinos de la
zona a los mercados locales, para ponerlos a disposición a los consumidores a
través de tres modalidades o canales de comercialización: Productor-detallista-consumidor;
Productor- comprador local-detallista-consumidor y Productor/
procesador-distribuidor-detallista-consumidor. Tales canales coinciden con las
modalidades detectadas por D’Aubeterre et
al. (2008) para el estado Lara, así como por Alejua y
Rodríguez (2006) para la zona de Villa Araure,
ubicada en este mismo estado. •
Organismos oficiales: Las actividades desempeñadas por los organismos oficiales son la investigación, extensión, capacitación y organización. Está en manos tanto de los organismos dependientes del Ministerio para
el Poder Popular para Agricultura y Tierras (MPPAT), como del Instituto
Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), la Fundación CIARA, del
Ministerio para el Poder Popular para la Ciencia y Tecnología (MPPCT)
a través de las Redes de Innovación Productivas de FUNDACITE, así como
de la Alcaldía del municipio Urdaneta.
3.1.2. SUBSISTEMA AGRÍCOLA
Representado por el cultivo de la sábila (Aloe vera), corresponde
a una actividad complementaria de la actividad económica principal, que es la
explotación caprina. Está focalizado en pequeñas superficies no mayores de una
hectárea, en las vegas (superficies planas ubicadas a orillas de las quebradas)
o en superficies ubicadas al lado de las viviendas de los productores;
funcionan bajo un esquema tradicional de producción primaria, orientado a la
producción de acíbar, destinada principalmente a la industria cosmetológica.
Según Piña (2004), en las áreas de explotación de la sábila en el
estado Falcón, las familias también están sustentadas en sistemas de
explotación caprina; el 97% de ellas están destinadas a la producción de acíbar
(pasta) y el resto son explotadas bajo riego para la producción de gel,
diferenciándose de la comunidad de Cauderales sólo
en este último aspecto. i Los distintos
agentes (actores) que participan en el circuito Aloe vera se resumen, junto con
las actividades realizadas por cada uno de ellos, en el Cuadro Nº 5. Son, más detalladamente, los
siguientes:
• Proveedores de insumos: Este
agente económico está representado por las casas comerciales, quienes se encargan de la
venta de los implementos agrícolas (herramientas pequeñas) y por los propios
productores, a través de la venta de hijos de plantas maduras a otros
productores; sin embargo esta modalidad se refleja solo para iniciar la
plantación, debido a que posteriormente utilizan los hijos de las plantas
madres. También los intermediarios, cumplen un rol importante en el circuito en
el suministro de insumos a los productores. •
Productores: Son pequeños productores y productoras
que realizan una agricultura de bajos insumos (sin agroquímicos); se encargan
de la siembra y mantenimiento de sus plantaciones utilizando mano de obra
familiar y contratada; sólo realizan control de malezas con medios manuales,
empleando instrumentos como el machete y escardilla. La cosecha es realizada
durante los meses de enero, febrero y mayo; en algunos casos, el productor paga
la cosecha. Las pencas son cortadas y el líquido escurrido en canales
inclinados y depositado en recipientes plásticos. La venta la realizan en la
propia unidad de producción, en envases de 25 litros de capacidad
(las «pailas»), cuyo precio depende del grado de concentración del acíbar (Cuadro Nº 6).
• Comerciantes: Representado por
los colectores, quienes sirven de intermediarios; se encargan de la compra,
acopio, transporte y venta del acíbar a la agroindustria transformadora
artesanal, ubicada en la capital del estado, la cual se dedica a la obtención y
exportación de la pasta. En algunos casos, los colectores también cumplen con
la función de cosecha del producto, contratado por el productor. • Organismos oficiales: Igual que en el subsistema pecuario, los
organismos oficiales presentes en la zona se encargan de la investigación, extensión, capacitación y organización.
3.2. VALORACIÓN DE INDICADORES DE SOSTENIBILIDAD
3.2.1. DIMENSIÓN AMBIENTAL
En la dimensión ambiental (Cuadro Nº 7) los indicadores en su
conjunto son calificados como medianamente sostenibles, con un índice de 2,5.
Esta dimensión se ve afectada por los indicadores rendimiento del acíbar,
conservación de los recursos naturales y agrodiversidad sustentable,
los cuales se encuentran valorados en 2, equivalente a una valoración
cualitativa baja y a un nivel de sostenibilidad de potencialmente insostenible.
En el caso del rendimiento del acíbar, este valor fue asignado al relacionar el
rendimiento local (que es de 250 litros/ha), con el rendimiento promedio
nacional (900 a 1.200 litros /ha) y con el del estado Falcón (igual a
315 litros/ha), según lo reportado por Lugo et al. (2005); la conservación de
los recursos naturales, debido a que los productores utilizan prácticas como la
tala y la quema para deforestar y ampliar la superficie de siembra de la
sábila, con la consecuencia que cada vez están eliminado más la vegetación
natural de la región afectando las condiciones ambientales. Igualmente, en la
zona no se observa una diversidad agrícola sustentable; sólo se ve la presencia
de los sistemas descritos (caprinos-sábila) y, en algunas unidades familiares,
animales como gallinas y cerdos, así como cultivos como cambur y parchita en
pequeña escala.
Los indicadores sanidad del cultivo y animal se mantienen con un
valor que puede calificarse como bueno, debido a que en este sistema -por lo
general- los productores son capaces de identificar los signos o síntomas de
una enfermedad; luego toman medidas dirigidas a su prevención o control, en
conjunto con los organismos oficiales, a través de las campañas de vacunación
y desparasitación. De esta manera contribuyen
positivamente con la sostenibilidad del sistema, dada la estabilidad que le
brinda al mantener buena salud tanto en el cultivo como en los animales. De
igual manera sucede con la diversidad genética caprina en la conformación
mínima de razas, tales como criollos y sus respectivos mestizos con Alpino
Francés, Nubian y, más recientemente Canario. Es por esta razón que los indicadores sanidad del
cultivo, de sanidad pecuaria y de diversidad genética caprina fueron valorados
con un índice de sostenibilidad de 3, es decir, medianamente sostenible.
En la Figura Nº 3 se
observa que los indicadores valorados con un índice de sostenibilidad igual a 2
se encuentran ubicados en una posición más alejada del sistema ideal, en
comparación con los indicadores cuyo índice de sostenibilidad es igual a
3.
3.2.2. DIMENSIÓN SOCIAL
Esta dimensión, reflejada en el Cuadro Nº 8 y en la Figura Nº 4,
presenta un valor de sostenibilidad de 2,5; tal valor la ubica en el rango de
medianamente sostenible. Se ve afectada positivamente por los indicadores Nivel
de contribución de la mujer en el proceso productivo y Nivel de organización
comunitaria; y, negativamente, por los indicadores ubicados en la gráfica en
los puntos más alejados de la figura ideal o sostenible, los cuales son el
Nivel de empleo e Innovación de la comercialización, catalogados
cualitativamente como insostenibles; le siguen la
Seguridad alimentaria y el Uso de registros de producción.
Es incongruente que, a pesar de que en el sistema exista un nivel
de organización comunitaria con un valor de 4 (potencialmente sostenible), la
innovación a la comercialización de los productos sea insostenible. En este
caso la comunidad cuenta con dos organizaciones: el consejo comunal (que se
encarga de lo relacionado con problemas de agua, educación y servicios públicos)
y una caja rural (que funciona para ahorro y préstamo de los socios). En
cambio, cuando se refiere a la comercialización, los productores se
desenvuelven de manera individualizada: sacan su producción al mercado a través
de intermediarios que les compran en la unidad de producción, perdiendo así la
capacidad de negociar buenos precios. Al respecto, FUDECO (2007), indica que
las debilidades de la cadena de comercialización impiden que los pequeños
productores obtengan un beneficio real de la producción favoreciendo a los
intermediarios. Es necesario que los productores opten por el asociacionismo
para garantizar un acceso al mercado en condiciones de justicia y equidad.
Una característica positiva de esta dimensión es el elevado índice
(4) en cuanto a los niveles de costos de producción por agroquímicos y por uso
de insumos externos, debido a que no depende de los agroquímicos para
mantenimiento del cultivo de la sábila y que la semilla utilizada (hijos) para
la resiembra y expansión de la superficie proviene de su propias plantaciones;
es decir, que utilizan los recursos locales disponibles en su unidad de
producción. En cuanto a los ingresos obtenidos (provenientes de la sábila como
de los caprinos), los productores les asignaron una valoración de 3, ya que
consideran que satisfacen sus necesidades familiares. Sin embargo, son
complementados con ingresos extra-agropecuarios, a través de fuentes
alternativas como la artesanía (jabones de sábila, hamacas, muñecas), lo cual
es muy positivo porque además de ser elaborados con materiales locales son
actividades tradicionales, afianzando el acervo cultural. En otros casos
también obtienen ingresos en trabajos de jornaleros en otras comunidades. Tal
comportamiento también coincide con lo observado en las explotaciones del
estado Falcón (Piña, 2005). Igualmente la relación Ingreso/Costo agrícola y
pecuaria es favorable, comportándose de manera directamente proporcional con
los indicadores de ingresos y niveles de costos. Esto se debe a que los precios
por unidad animal y por litro de acíbar superan los costos de producción.
3.2.4. SOSTENIBILIDAD DEL SISTEMA DE PRODUCCIÓN CAPRINO-SÁBILA
Los resultados para el sistema caprino-sábila ubicado en Cauderales (estado Lara, Venezuela) señalan un nivel
de sostenibilidad promedio de 2,8, alcanzando una escala de valoración de
medianamente sostenible dentro de los rangos establecidos (Cuadro Nº 10). Los indicadores que muestran
las valoraciones más altas (índice de sostenibilidad iguales a 4), corresponden
a las dimensiones económica y social, con una alta influencia de los atributos
autogestión (a través de los indicadores nivel de costos por insumos externos,
nivel de organización comunitaria y nivel de ingresos extraagropecuarios);
de equidad (nivel de contribución de la mujer en el proceso productivo); y de
productividad (costos de producción por agroquímicos). Gráficamente estos
indicadores están ubicados en la posición más cercana a la figura ideal o
idónea en el mapa del sistema (Figura Nº 6).
De igual manera se puede decir que los indicadores con los valores
más bajos se encuentran ubicados, en la grafica AMIBA, más distantes del
sistema ideal o sostenible. Tal situación refleja que el sistema se ve
afectado, en primer lugar, por el nivel de empleo y la innovación en la
comercialización. En segundo lugar es afectada por el rendimiento del acíbar,
la conservación de los recursos naturales, la agrodiversidad sustentable,
la seguridad alimentaria y el uso de registros de producción valorados con un
índice de sostenibilidad 1 y 2, los cuales se clasifican como insostenibles y
potencialmente insostenibles, respectivamente. También se puede inferir que en
estos indicadores es donde se debe hacer más énfasis en el momento de elaborar
un programa de mejoramiento del sistema. Así mismo debe tenerse esta
consideración con los indicadores calificados como medianamente sostenibles,
debido a que su índice de valoración fue de 3. Esto sucedió con sanidad del
cultivo, sanidad pecuaria, diversidad genética, percepción de los agricultores
del futuro del sistema, nivel de adopción de tecnologías, ingresos provenientes
de la sábila, ingresos provenientes de la venta de caprinos, relación I/C
agrícola y relación I/C pecuaria.
4. CONCLUSIONES
El índice de sostenibilidad del sistema de producción
caprino-sábila, estimado a partir de los 21 indicadores identificados por los
productores, reveló un nivel de sostenibilidad promedio de 2,8. De acuerdo con
este valor, el referido sistema tiene una escala de valoración medianamente
sostenible, dentro de los rangos establecidos, como producto de que de los
indicadores mostraron tendencia hacia la sostenibilidad y siete que no
aportaron lo suficiente para que el sistema fuese sostenible. De esta forma,
ninguno de ellos alcanzó el óptimo de sostenibilidad planteado como el ideal y
cuyo rango de valoración debió estar ubicado dentro del nivel ubicado entre
> 4 y 5.
La dimensión económica presentó el mayor nivel de sostenibilidad,
con un promedio de 3,4, alcanzando así una escala de valoración potencialmente
sostenible dentro de los rangos establecidos. A ésta le siguieron las
dimensiones ambiental y social, con un índice de sostenibilidad promedio de
2,5; es decir, que debe considerarse como medianamente sostenible. En la
dimensión social se ubicaron los indicadores más críticos, tales como el nivel
de empleo y la innovación en la comercialización, valorados como insostenibles.
Esta situación puede mejorarse a través de la generación de alternativas
innovadoras entre los diferentes actores, de manera articulada, como sería el
caso de las organizaciones de productores; todo ello a fin de mejorar el acceso
al mercado de bienes y servicios en condiciones de justicia y equidad.
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